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CAERSE. Resuena de manera diferente según nuestra edad. Cuando somos pequeños nos tropezamos y nuestro padre o madre o un profesor nos levanta, nos pone un parche en la rodilla o el codo y nos manda de vuelta a casa. Cuando llegamos a la adolescencia y a la veintena, caernos es un poco gracioso, normalmente porque estamos un poco maltrechos después de una noche de fiesta con los amigos.

Pero a medida que envejecemos, el lenguaje cambia y «una caída» se convierte en una preocupación cuyos tiempos de recuperación aumentan exponencialmente con la edad. Para los mayores de 65 años, según los especialistas, puede ser una preocupación importante. Según el Instituto para el Envejecimiento, cada año más de una de cada cuatro personas de esta edad sufre una caída y 76 000 se fracturan la cadera. Explorar cómo prevenir las caídas y cómo afrontarlas es el primer paso para mantener el control.

Base sana
En pocas palabras, debemos hacer todo lo posible por evitar las caídas. Debe ser nuestra prioridad número uno, ya que la caída, y lo que suceda después de ella, puede marcar la diferencia entre vivir una vejez activa o una plagada de mala salud y escasa movilidad. Y la mejor dieta a seguir es la del sentido común.

Coma de forma equilibrada, asegúrese de mantener un peso saludable, manténgase hidratado y no eluda las revisiones médicas periódicas. Tome suplementos si se lo recomiendan, pero lo más importante es que siga moviéndose y aumentando su fuerza, porque eso más que nada le protegerá.

La prueba de fuego es si baja y vuelve a subir del suelo. Si no es así, al menos trabaje para levantarse del sofá o del sillón utilizando únicamente la fuerza de las piernas.

Un paso por delante
La idea de caerse asusta, pero si corre riesgo, un «plan de caídas» puede ayudarle a despreocuparse y tranquilizarle a usted y a sus seres queridos. Es prioritario tener un contacto designado, ya sea un amigo, un familiar o los servicios de emergencia, al que se pueda llamar en caso de caída. Piense también en la mejor manera de ponerse en contacto con su contacto. Teléfono, SMS, marcación automática en casa o a través de un colgante de alarma de emergencia. Si puede, comparta una llave de repuesto con una persona de confianza o guárdela en una caja de seguridad para llaves en la pared exterior de tu casa.

Un elemento vital de su plan es el cuidado posterior. Si puede seguir viviendo de forma independiente, seguro que necesitará algo de ayuda en los primeros días; hable de ello con amigos y familiares. Los cuidadores de recapacitación del NHS suelen prestar asistencia hasta seis semanas después del alta hospitalaria.

Ponga el pie derecho adelante
La recuperación tras una caída puede ser compleja y prolongada. Dependiendo de la gravedad de las lesiones, la fisioterapia para recuperar la movilidad y la terapia ocupacional para ayudar a aumentar la confianza en las tareas cotidianas serán muy valiosas. También debe abordarse cualquier afección médica subyacente que haya sido un factor contribuyente, como problemas de visión o equilibrio.

Las caídas pueden causar traumas emocionales. Si ese es el caso, el asesoramiento o los grupos de apoyo pueden ayudar con la ansiedad. Con tiempo, paciencia y la atención médica adecuada, la mayoría de las personas se recuperan totalmente, pero es lógico hacer pequeños cambios en casa para reducir los riesgos futuros.

No meta la pata
Ilumine su casa. Ahora no es el momento de la iluminación ambiental, necesita ver por dónde va. Si encender y apagar las luces le resulta molesto, instale luces nocturnas que se activen con el movimiento.

Deshágase del desorden. Esto no solo le dará energía mental, sino que, además, al eliminar peligros como alfombras sueltas, exceso de muebles o cables por el suelo, su casa será mucho más segura. Intenta reorganizar el mobiliario restante para conseguir un espacio más fácil y seguro.

Es una buena idea colocar pasamanos o barras de apoyo en el cuarto de baño, sobre todo alrededor del inodoro y la ducha. Ahora tampoco tienen por qué ser de color blanco institucional, ya que existen algunas opciones bien diseñadas.  Han demostrado ser literalmente un salvavidas muchas veces, así que merece la pena tenerlos en cuenta.

Pero aunque estas adaptaciones pueden marcar la diferencia en cuanto a seguridad y confianza generales, el verdadero punto álgido de las caídas está en las escaleras.

Consiga un ascensor
Las caídas de escaleras se cobran más de 700 vidas al año y hospitalizan a más de 43 000 personas, según la RoSPA. Estas cifras siguen aumentando, ya que los estudios demuestran que casi un tercio de los adultos mayores de 70 años tienen dificultades para utilizar las escaleras. Entonces, ¿cuál es la respuesta? Aparte de trabajar el equilibrio y la fuerza, la solución podría ser un ascensor unifamiliar.

Tanto si ya ha sufrido una caída en casa como si empieza a sentirse inseguro en las escaleras, un ascensor unifamiliar de Stiltz es la solución del siglo XXI para desplazarse entre plantas de forma segura. Conserve su energía para las cosas más agradables de la vida y olvídese de la preocupación por los tropiezos y las caídas cada vez que utilice las escaleras.

El punto de vista de un terapeuta ocupacional de Stuart Barrow, terapia ocupacional:

«Un ascensor unifamiliar puede ser una inversión valiosa para asegurar el futuro de su hogar y proporcionar un plan de contingencia en caso de deterioro de la discapacidad. Al instalar un ascensor doméstico, se asegura de que su residencia siga siendo accesible y funcional para las personas con problemas de movilidad, independientemente de cualquier cambio futuro en su estado. Elimina la necesidad de subir escaleras, reduciendo el riesgo de accidentes y lesiones.

«Los ascensores domésticos ofrecen ventajas a largo plazo, ya que se adaptan a personas con distintos grados de discapacidad motriz, incluidas las que pueden necesitar sillas de ruedas o andadores. En consecuencia, puede seguir viviendo cómodamente en su propia casa, fomentando la independencia y mejorando la calidad de vida. En caso de deterioro de la discapacidad, el ascensor unifamiliar sirve como plan de contingencia crucial, garantizando que pueda seguir desplazándose por su casa con seguridad y eficacia».